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¿Sabes cómo conservar el vino en casa?
¿Sabes cómo conservar el vino en casa?

El vino está vivo

El vino es una bebida viva y en constante evolución que necesita de unas condiciones ambientales concretas y unos cuidados imprescindibles para su óptima conservación.

Siguiendo estos sencillos pasos, nos aseguramos disfrutar de nuestros vinos y cavas en sus mejores condiciones.


¿Colocación vertical o colocación horizontal?

Para asegurar una estanqueidad total, es imprescindible que el vino esté en contacto con el corcho, por este motivo, guardaremos las botellas en colocación horizontal. En esta posición, el corcho queda impregnado de vino, se expande y logra un perfecto aislamiento con el exterior.

El cava no necesita que se coloque horizontalmente ya que el gas carbónico contenido por el vino forma una capa que lo protege del oxígeno. Los tapones de cava en contacto con el vino espumoso tienden a perder su elasticidad, lo que puede provocar la entrada de oxígeno y la evolución prematura del cava. Por esta razón es aconsejable conservar las botellas de cava en posición vertical.

En vinos recomendamos la colocación horizontal, en cavas la vertical.


Temperatura

La temperatura de conservación del vino es uno de los factores más importantes a tener en cuenta. A una menor temperatura las interacciones entre los componentes químicos naturales del vino se ralentizan, y con ello, su proceso de envejecimiento. En cambio, estas interacciones se aceleran a una mayor temperatura. Por este motivo, conviene mantener la temperatura de la “sala de guarda” entre los 11º y los 14º C. De esta forma, nos aseguramos una lenta evolución y una mejor conservación del producto.

Los cambios repentinos de temperatura son también un factor negativo. Debemos evitar, en la medida de lo posible, las subidas o bajadas de temperatura muy bruscas.

Es importante recordar, que el vino no se guarda en la nevera, solo se enfría para su consumo inmediato.


Humedad

Una humedad demasiada baja en la sala de guarda puede provocar que se seque el corcho y pierda su elasticidad y estanqueidad. Al perder sus atributos, el oxígeno entra en contacto con el vino y se produce una oxidación prematura. La humedad relativa ideal en la sala de guarda se sitúa alrededor del 70 %. Podemos medir fácilmente la humedad de una habitación utilizando un higrómetro o hipógrafo.


Luz y ruido

Ciertas longitudes de onda de luz son perjudiciales para los vinos y pueden producir alteraciones indeseadas como, por ejemplo, los desagradables sabores azufrados. Es recomendable no exponer las botellas a la luz directa (ya sea solar o artificial). Por este motivo, el vidrio de las botellas es oscuro.

Las vibraciones y el ruido de cierta intensidad también son enemigos del vino. Es por este motivo, que la cocina suele ser un mal sitio para conservar nuestras botellas, ya que además de soportar altas temperaturas y humos, existen vibraciones provocadas por los electrodomésticos (nevera, campana, lavavajillas…).

El lugar ideal para conservar el vino es una habitación oscura, con luz led (de bajo consumo y menos agresiva que las halógenas) y con una buena ventilación. Debemos recordar que los tapones, al ser porosos, intercambian gases con el exterior. Si la habitación está mal ventilada y hay olores desagradables en el ambiente, estos pasarán al vino.


Errores comunes y falsos mitos

Es importante recordar no volver a taponar la botella con el corcho una vez abierta ya que este se ha contaminado y aceleraría la oxidación del vino. En estos casos, es recomendable utilizar una bomba de vacío o un tapón antiox y guardarla en un lugar fresco y oscuro. Solo utilizaremos la nevera si nuestra intención es consumir el vino en las próximas horas.

Y, por último, desmentimos categóricamente el mito de la cuchara del café para evitar la pérdida de gas carbónico en los cavas. ¡No funciona!

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