En primavera, las temperaturas empiezan a subir y los días se hacen más largos y soleados. Con estos cambios, el cuerpo pide bebidas más refrescantes para combatir el calor y la sed. Y aunque parezca extraño, no solo estamos hablando de vinos blancos, rosados y espumosos jóvenes, en esta mágica época del año también hay espacio para los tintos más ligeros y afrutados. Más información en nuestro blog.