Lágrimas de vida
El lloro es la primera manifestación de actividad de la cepa tras el letargo invernal. Empieza a finales de febrero, cuando la temperatura media se acerca a los 9 – 10ºC y el suelo se calienta. En este momento, unas hormonas contenidas en las raíces empiezan a activar el metabolismo de la planta y la savia empieza a circular otra vez de las raíces hasta la parte aérea.
Debido a los cortes y heridas de la poda de invierno, la savia gotea hasta que la herida cicatriza. Estos lloros cesan al recubrirse los cortes y heridas con unas sustancias gomosas producidas por bacterias que viven sobre el derrame, y sales disueltas en el lloro evaporado, obturando los vasos leñosos.
La duración del lloro es muy variable, incluso puede durar semanas, y la cantidad de lagrima depende de varios factores, entre ellos la meteorología del año, la época de poda, etc.
Terminado el fenómeno del lloro, las temperaturas suben y la planta empezará a crecer gracias a las reservas acumuladas. Las yemas comenzarán a hincharse y a desarrollarse para brotar en breve.