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Michiaki Takenaka, agente comercial de Maset en Japón, Jose Mas,enólogo de la bodega y Marc Massana, responsable de la bodega, probando un vino en la finca Sant Martí
Michiaki Takenaka, agente comercial de Maset en Japón, Jose Mas,enólogo de la bodega y Marc Massana, responsable de la bodega, probando un vino en la finca Sant Martí.

La minería como fuente de intercambio económico, social y cultural

El pasado mes de octubre, paseando por la finca Sant Martí (Bellmunt del Priorat) nos llamó la atención un montón de tierra acumulada junto al viñedo. Josep Sedó, nuestro viticultor del Priorat desde hace más de 20 años, nos explicó que era un vestigio del importante pasado minero de la comarca. Toda la tierra que se extraía de la montaña quedaba acumulada en estos montículos conocidos en la zona como terrers (montículo de tierra en catalán).

Atraídos por las palabras del Josep, buscamos diferentes estudios sobre la minería en el Priorat. El que nos llamó más la atención fue uno que llevaba como título «Los sardos de las minas de Falset en el siglo XIV» de la historiadora Montserrat Flores Juanpere. A principios del siglo XIV, los pueblos de Falset, El Molar y Bellmunt del Priorat eran conocidos en todo el mediterráneo por sus minas de plata. Este mineral tenía una importancia capital en la economía de la baja edad media, ya que era uno de los materiales utilizados para fabricar moneda. El conde Pere, señor del condado de las Montañas de Prades y de la baronía de Entença, fue el encargado de aumentar la recolección del mineral.

El conde no explotaba directamente la plata, sino que hacía concesiones a particulares - individuales y compañías- para iniciar una explotación o cross. Los crossos medievales eran galerías de dimensiones reducidas que se hundían decenas de metros en las entrañas de la montaña en busca de plata y que ya contaban con rudimentarios ascensores accionados con un sistema de pesos y contrapesos. Al final del día, el crosser debía dar parte del material obtenido al conde, depositando el mineral en la Casa de las Minas, edificio situado dentro del castillo de Falset. Los crossers (o mineros) gozaban de inmunidad personal por los caminos que llevaban a la Casa de las Minas.


Interior de una mina en Bellmunt del Priorat
Interior de una mina en Bellmunt del Priorat.
Montículo de tierra cerca de Bellmunt del Priorat
Montículo de tierra cerca de Bellmunt del Priorat.

A mediados del siglo XIV se produjo una revolución de las técnicas mineras con la incorporación del uso de la fuerza hidráulica y la introducción del uso de carbón vegetal. El conde Pere, con el objetivo de obtener mayores beneficios, trajo maestros de minas del municipio de Igrèsias (Cerdeña), localidad con una larga tradición minera, para que aplicaran estas nuevas técnicas mineras. Los maestros sardos, considerados los mejores mineros de la época, se establecieron en diferentes municipios del Priorat unos cuantos años.

Fruto de esta convivencia, los prioratinos aprendieron las técnicas más innovadoras de la minería de aquel tiempo. Los maestros sardos tampoco marcharon con las manos vacías. Setecientos años después de estos hechos, la isla de Cerdeña disfruta de dos de las variedades más icónicas del Priorat, la cannoau (garnacha negra) y la carignano (cariñena). Llegaron en busca de plata y se fueron con un tesoro mucho más valioso.

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