La crianza en barricas de roble americano, francés y de acacia

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Barricas de roble americano
Barricas de roble americano.

Nuestros blancos con crianza: La Soledad y La Sínia

La crianza en barrica es una de las etapas más importantes del proceso de elaboración, ya que durante su desarrollo se modifica el color, aroma y sabor del vino: estabiliza y fija el color, disminuye ligeramente los aromas a fruta, aumenta los aromas a crianza (torrefactos), y suaviza la astringencia en boca. Estos cambios se producen por la acción del oxígeno que atraviesa las paredes de la barrica y modifica los compuestos del vino mediante reacciones químicas.

Cada tipo de madera marca significativamente las propiedades del vino. El roble americano, por ejemplo, es muy rico en compuestos aromáticos como la whisky-lactona (aromas de coco y madera tostada) y compuestos aromáticos a vainilla, pero pobre en taninos. En cambio, el roble francés presenta aromas más delicados (frutos secos, miel, balsámicos y especias), pero cede más taninos, aportando mayor sensación de volumen en boca. La barrica de acacia, por su parte, es una madera muy rica en tioles, un compuesto volátil muy aromático, y rica en taninos, proporcionando aromas muy afrutados y vinos con más cuerpo.


Características de las botas

El vino blanco reserva La Soledad realiza la crianza exclusivamente en barricas de roble americano, ya que la variedad chardonnay puede aguantar perfectamente la intensidad aromática de este tipo de madera y no necesita mayor volumen en boca.

El vino blanco crianza La Sínia realiza el envejecimiento en barricas de roble francés y de acacia (un 50 % del vino hace la crianza en barricas de roble francés y el 50 % restante en barricas de acacia) porque ambos tipos de madera son muy respetuosas con los delicados aromas de la variedad xarel·lo, a la vez que le aportan un plus de volumen en boca.


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